¡La taza ideal para disfrutar de un excelente café!

Leíste bien, ¡hablemos de la taza de café!
Parecería un discurso poco importante para muchos, pero para los más experimentados la taza, un poco como el vaso para el sommelier, es fundamental para mantener la temperatura adecuada, para una crema persistente y para devolver a nuestros labios la mejor sensación posible durante la degustación de nuestro café.
La capacidad ideal varía entre 60 y 90 ml y el material por excelencia es sin duda la porcelana, tanto por el tipo de material como por el color blanco que permite una mejor "comprensión" del color de la crema.
El tipo de fondo de nuestra taza tampoco es despreciable, idealmente redondeado y no "anguloso", precisamente para facilitar el levantamiento de nuestro café y en consecuencia de nuestra nata refinada.